El Salvador entre la deuda y la apuesta cripto
El Salvador se ha convertido en un referente en la adopción de criptomonedas, explorando nuevas formas de integración tecnológica en su economía. A pesar de las dificultades, el país continúa con su visión de transformar las finanzas tradicionales y abrir nuevas posibilidades a través del Bitcoin.
Desde que Nayib Bukele asumió la presidencia en 2019, El Salvador ha enfrentado serios desafíos económicos, con altos niveles de deuda y un crecimiento estancado. En 2021, el país se convirtió en el primero en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal, con la promesa de atraer inversión y mejorar la inclusión financiera. Sin embargo, los mercados tradicionales se alejaron y la incertidumbre financiera creció. A medida que la crisis fiscal se agravaba, los bonos salvadoreños cayeron drásticamente y el gobierno tuvo que tomar medidas extremas para evitar el impago.
Un giro hacia la estabilidad
Pese a las dificultades, El Salvador logró sorprender a los analistas al asegurar un préstamo de $1,400 millones del FMI en febrero de 2024. Como parte del acuerdo, el país ha reducido su enfoque en las criptomonedas, dejando de exigir pagos de impuestos en Bitcoin y limitando su uso. Aunque Bukele mantiene una fuerte popularidad, su apuesta cripto ha generado más costos que beneficios, con una inversión de $375 millones que no logró transformar la economía.
Ahora, el país busca estabilidad financiera con medidas fiscales más tradicionales y un menor énfasis en Bitcoin como política económica.